Intensidad

Esa es la palabra que define estas últimas semanas.

Exàmenes de final de curso, cumpleaños, Montjoi, el EIAM...

Ha sido chulo. He llenado gigas de vídeos y fotos y toneladas de neuronas de emociones y recuerdos. Aún tengo los morados que lo demuestran repartidos por muchos sitios.

La imagen más curiosa de todas, sin embargo, no tiene nada que ver con las artes marciales. O quizás más que ninguna. Sin duda es la del águila real que se posó junto a nosotros en la entrada al recinto del pabellón el domingo.

Algo que me hace recordar por qué sigo intentando volar por encima del laberinto donde otros buscan su queso.

Antes de volver a él la semana que viene, queda un entreno más, un teatro más, una escapada en kayak, un minuto más al sol.

Y el próximo mes, Kajukenbo.