Sobre cambios climáticos, conspiranoias, economía mundial y demás "human made disasters"

Me niego.

Estamos en rebajas y me niego. No quiero ser otra vaca consumista más. Ni un borrego más. Ni ningún otro animal de granja.

El otro día vi un corto-documental en el que se desmenuza el sistema de la economía de producto en el que vivimos. La fe en la satisfacción personal e incluso espiritual a través del consumo es la religión de los últimos 70 años y ha arrasado ya buena parte del planeta en el proceso de enriquecer a unos pocos y destruir la existencia de todos los demás.

Pero el problema es que tampoco quiero la fe del calentamiento global. Vi otro documental en el que quedaba especialmente claro que el CO2 NO es el responsable de dicho calentamiento si no que es EL SOL el que controla el clima y que Al Gore solo es la punta del iceberg, el profeta de otra nueva religión que pretende unirnos a todos. Que pretende sentar el precedente de una ley MUNDIAL, para poder empezar a construir “Un Mundo Feliz” de Feudalismo Tecnológico, donde la élite económica viva y goce del mundo natural y solo el 20% de la humanidad superviviente al exterminio eugenésico y al hambre, sobreviva confinada en ciudades-fábrica atrapados en su propio consumo.

Así las cosas y tras ver los extremos, conspiranoias y agresiones que los gobiernos y las organizaciones supranacionales, que se supone no son solo títeres corporativos, pueden llegar a hacer a su propia gente y a otros con tal de mantener el sistema (e incluso el antisistema) funcionando, me niego.

Me niego a elegir ninguna de las opciones que se me proponen.

O eres consumista y sigues una fe que está en evidente crisis a pesar de las constantes muestras de salud que nos quieren hacer tragar, asumiendo los riesgos de esa espiral.

O eliges la alternativa antisistema políticamente correcta que básicamente también está manipulada por los mismos que se han dado cuenta de que el sistema como tal tiene fecha de caducidad y se han adelantado creando otra pose y controlando así el otro bando con la mano izquierda.

Dos caminos para llegar al mismo sitio: un cambio puede que progresivo, o más probablemente drástico, en el mundo que conocemos. De una manera o de otra estás atrapado en una corriente que va en hacia un futuro de novela de ciencia ficción.

Pues yo, aun consciente de estar en medio de corrientes de las que no puedo (nadie puede, creo) salir del todo, me niego a seguir ninguna y nadaré cual salmón hasta que me fallen las fuerzas.