Cada vez que camino por la zona franca...

Cada vez que camino por la Zona Franca, me encuentro cosas más raras.
Un día reparé en que en derredor, bastaba con fijarse en los recovecos, los rincones de las aceras, las vallas, las jardineras, las ruedas de los coches... para encontrar lo que en ningún momento se me hubiera podido ocurrir que tuviera lugar en un polígono lleno de empresas de electrónica, automoción, informática e incluso mensajería. Algo que no tenía lugar. Un resto que desentonaba con todos los demás restos de cosas que uno puede encontrarse frente a un descampado una tarde de enero.

PERCHAS.

Miles!
Qué digo miles... docenas de perchas!
Por doquier, a babor y estribor y por todas balimba hilkachún.

Y claro, tratando de encontrarle una explicación lógica lo más evidente que se me podía ocurrir era que sin duda...

LAS PERCHAS ANTAÑO FUERON LAS DUEÑAS DE ESTAS INDÓMITAS TIERRAS POLIGONALES!

Todos los signos evidentes de la masacre cometida por el hombre al aplastar su hábitat con el cemento y el alambre estaban ante mis ojos!
Cómo no lo vi antes?

Cadáveres fríos y resecos.
Restos maltratados. Olvidados. Crucificados incluso!

Iba encontrando muchos de estos antiguos seres y me los imaginaba en manadas recorriendo los descampados como ñúes al trote antes de que todo fuera asfaltado, vallado y cubierto de cámaras de seguridad y zonas para aparcar motos. Tantas veces ha pasado... son tantas las especies que hemos diezmado sin llegar a conocer su ecología, su ciclo vital y reproductivo...

Y en esto que estaba tratando de convencer a Lamari saliendo del trabajo de fundar una ONG para la estudio y recuperación de la fauna poligonal y las perchas silvestres en especial, cuando me dijo:

– A lo mejor hay tantas porque los tanos ponen el mercadillo al otro lado del descampado ese no sé si los sábados o cuando.

O__o

...

¬__¬

...

u__u¿

...

Solo pude contestar:
– Tengo que dejar de ver tanto neisional lleografic...